(Foto de Marcelo de Focatiis)
Fernando, Andrea y Leonardo
(Foto Pablo Jantus)
(Foto Marcelo De Focatiis)
(Foto Pablo Jantus)
El taller como laboratorio de ideas es el punto central de la muestra curada por Diana Wechsler La vida de Emma en el taller de Spilimbergo. Permite acercarse al proceso de creación gráfica de Lino Enea Spilimbergo en dos producciones: la Breve historia de Emma e Interlunio.
Historia de burdel y lumpenaje. De sexo pago. De quilombos olvidados en San Fernando, bajo el ala protectora del caudillo político local. Años de apogeo de la organización Zwig Migdal, cuando jóvenes mujeres polacas y rusas llegaban a Buenos Aires y Rosario (la Chicago argentina) para entregarse de lleno al oficio más viejo del mundo. Casas de tolerancia, guiños políticos, peligro de enfermedades venéreas; cafiolos, malandrines y rufianes, como describía los vaivenes de aquellos años, Roberto Arlt, en sus inmortales Aguafuertes porteñas, publicadas en el diario El Mundo.
Emma Scarpini, 30 años, era una trabajadora del sexo. Spilembergo construyó un documental estético y legó un excelente tratado en Breve historia de Emma. Esta joven que cuidaba el jardín de su casa paterna, planchadora de ropa en un taller, confundida y embaucada por un cafishio fue a dar con sus huesos a un lupanar de San Fernando bajo un nombre de fantasía: Lola. Y a esa edad decidió poner fin a su vida: saltó desde un noveno piso dejando atrás de ella, una carta escrita con mano temblorosa a sus padres: "Siempre fui buena... No soy culpable".
¿Existió verdaderamente Emma? Existe un paralelismo con la Emma Bovary, de Gustav Flaubert, cansada de su aburrido marido el doctor Claude Bovary. Y que pulula entre los brazos de sus amantes. Cansada del libertinaje , prefiere el suicidio.
Spilimbergo escribe, investiga, bocetea, tacha. Construye una historia estética, cuan valioso documento. La Breve Historia de Emma son 34 piezas más 14 monocopias pertenecientes a la serie que no pertenecen a la serie y 20 dibujos preparatorios.
Se exponen, las 11 aguafuertes realizadas para el libro de poemas Interlunio, de Oliverio Girondo (1891-1967) publicado por editorial Sur, en 1937. Van acompañadas con las pruebas del artista, los bocetos y las formas que fue eligiendo para constuir esas imágenes oscuras. La crítica de aquel entonces, calificó a esta obra de "extraña". Asimismo se exponen las series Compadrito y Cortesana, y otras relacionadas con la caducidad del cuerpo, la vanidad, la infidelidad y el orgullo. Son parte de la exposición los trabajos de nueve artistas, discípulos de Spilimbergo, como Carlos Alonso, Eduardo Audivert, Miguel Dávila, Carlos de la Mota, Alfredo de Vincenzo, Albino Fernández, Eolo Pons, Leopoldo Presas y Susana Soro. Dibujos, tintas y grabados conforman esta última y exqusita selección■
Imago Espacio de Arte, Suipacha 658. www.imagoespaciodearte.com.ar
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