observa los trabajos de este artista
Lore Ventimigliay Lotty Inchauspe
en BM Arte Contemporáneo
Son tres muestras de potente expresión creativa. Quedaron inauguradas el pasado martes en Braga Menéndez Arte Contemporáneo (Humboldt 1574). Se trata de Marcelo Saraceno, Chinmo Soria y María Guerrieri.
Saraceno sorprenderá con su desopilante talento plasmado en figuras humanas como protagonistas de diferentes relatos sociales, donde lo extravagante, lo irregular y hasta lo ridículo toman expresión, color y volumen. El “grotesco” es su más vital herramienta, refleja una realidad entre cómica y trágica. Pone de manifiesto la ambigüedad de la moral contemporánea. Como la dinámica del vértigo. Vértigo que se encamina a la frontera de lo absurdo.
Saraceno sorprenderá con su desopilante talento plasmado en figuras humanas como protagonistas de diferentes relatos sociales, donde lo extravagante, lo irregular y hasta lo ridículo toman expresión, color y volumen. El “grotesco” es su más vital herramienta, refleja una realidad entre cómica y trágica. Pone de manifiesto la ambigüedad de la moral contemporánea. Como la dinámica del vértigo. Vértigo que se encamina a la frontera de lo absurdo.
Por su parte Soria, presenta su obra este argentino que vive y trabaja en Los Ángeles, (USA). Pertenece a la categoría de los artistas que tienen la posibilidad de hurgar el problema sobre el sentido de lo que producen sin temor a quedarse sin argumento existencial. Arquitecto, cinéfilo, amante de la música, amigo de artistas, Soria es dueño de un temperamento modernista que se propone en la contemporaneidad de una manera absolutamente crítica: el arte no es más importante que la vida. Desde esta proposición Soria bucea a sus antecedentes directos, y continúa la línea evolutiva del chicotazo óptico cinético que le dio el siglo XX a la abstracción latinoamericana. Sus trabajos más recientes investigan la materialidad de lo manual y la idea de los opuestos sólido - inestable. Sus objetos 'tipo maquetas de arquitectura' indagan el sentido profundo de las construcciones en las que lo lábil es protagónico. Soria propone espacialmente delicadas constelaciones de dibujos en marcador sobre papel, plásticos semitransparentes superpuestos, impresiones digitales sobre madera, materiales nobles del albergue de los desvalidos en el escenario de la villa, favela o el tiempo hecho casa. Estructuras colgantes, palitos, primitivas proposiciones sobre la ternura de nuestros alcances.
Finalmente, Guerrieri permite una convivencia de obras realizadas con unas vasta diversidad de técnicas (temples, gouaches, tintas, esculturas pintadas con esmalte sintético, tempera y óleo) donde pone en juego la tensión mental que existe en el momento previo a la aparición de la forma y de la idea. Lo deforme y sus colores se instalan como soberanos del espacio.
De lunes a sábados de 11 a 20, hasta el 3 de noviembre. Es gratis ■
•Fotos: Lucía Lanusse
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