José Palomo Fuentes
255 págs. $ 123,00
Desde la época de las cavernas, no hay nada más directo para describir y precisar algo que un dibujo. Nuestros ancestros cavernícolas, en vez de poner allí, en las paredes de la cueva, un letrerito:"Fuímos al súper, volvemos al rato", se mandaban una ilustración detalladamente explícita, con todo y... mamut.Y como le agarraron gusto a la imagen, siguieron dibujando, dibujando cuanto tenían ante sus ojos.
La civilización quedó registrada en miles de imágenes. Por falta de espacio y tiempo, se fueron simplificando, resumiendo, comprimiendo y sintetizando hasta dar paso a la escritura.Y ya con ella, los hombres escriben y entretejen cuentos, novelas, actas notariales, reseñas, papeles que se apilan formando una montaña de textos. La creciente falta de tiempo y la necesidad de optimizar el poco que se tiene vuelve a presionar, y al intentar decir más con menos... nace la cita."Con el mínimo de palabras hay que cubrir el máximo de realidad", decreta Nicanor, el hermano de Violeta Parra.Algunas columnas llevan de inicio una cita, lo que siempre es de agradecer, ya que, las más de las veces, es lo único que se lee. Una cita bien escogida hace lo que un dibujo bien resuelto: va directo al hueso, a la médula, para llegar a impactar, si bien nos va, a la neurona más indiferente.Dario Fo sabía de esto al agradecer a la Academia Sueca su bien ganado Nobel de Literatura con un discurso dibujado.Este libro es un punto de encuentro. Reúne dibujos y citas en torno al fenómeno literario. Palomo hace suya la frase de Montaigne: "Cito a los demás para explicarme mejor", y por medio de las citas ingenia encuentros imposibles y encontronazos reveladores, como el del verborrágico Truman Capote con el parco Juan Rulfo, o el del laureado Gabo con un enchilado taxista.'Literatos' busca ser la llave maestra de cualquier taller literario, un paquete turístico por la República de las Letras, un menú de degustación de sabrosa y nutritiva prosa, un plan de lectura para enriquecer este tiempo que nos malbaratan los embotellamientos, los trámites bancarios o la telabasura.'Literatos', como las buenas medicinas de la abuela, no tiene contraindicaciones, o tal vez sólo una: causa adicción ■
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