Cuando el arte dispara con munición gruesa

El efecto devastador de una guerra quedará por siempre en la mente de los sobrevivientes. En su cuerpo, también. El ruido monocorde y tenebroso de las armas pesadas, el agudo silbido de los proyectiles de artillería, los ayes de dolor y agonía impregnan la memoria sensorial, como una cacofonía siniestra. La guerra es desolación. Es miedo. Las fotografías de la Guerra de las Malvinas sobre las cuales Karin El Azem (1970) superpuso cápsulas y balas de armas de guerra -FAL 7.62, 9mm y Magnum 357- crean en el espectador un shock, que golpea a primera vista. La muestra se titula Obras recientes. Es un disparo a la sensibilidad. Un disparo, a través del arte. Esa munición gruesa hace blanco en la memoria reciente de los argentinos. Y duele, claro. Si íbamos ganando... El desembarco birtánico en San Carlos, el izamiento de la bandera argentina, la rendición del 14 de Junio se abren como abanicos saturados de balas. Conviene mirar las obras con detenimiento, a tres metros aconseja la autora. Luego realizar un zoom. La imágen es tensión, hay una doble percepción. La artista consigue que el efecto, sacuda al espectador. Que lo conduzca a la reflexión entre el arte de vivir y la tragedia de matar.
Hasta el 22 de noviembre, Praxis Arte Internacional, Arroyo 858. Entrada libre.