Melancólico y naranja, de Diego de Elía (238 páginas)
"A veces todo está muy cerca, tanto que mis ojos no me dejan verlo. El espejo del auto me devuelve una mirada que tal vez sea la mía. (...) Estar, pararse, verse, ese instante en el que uno es consciente, ¿significa llegar? Punto de partida para volver sobre mí eternamente, revelación del tiempo estático. Dispuesto a caer en el mismo lugar una y otra vez, alentado por un nuevo inicio.Ya no me desdoblo como otras veces. Estoy entero, agotado, teñido por un sol naranja que no deja de caer.”¿De qué color es la melancolía? ¿No es azul, o celeste, o violácea?¿O quizás un magenta acostado en lila que se adormece? Sin embargo, en un retorcer estremecido, estrellado, de cielo de noche antes de que llueva, justo cuando la humedad llena el aire como si los átomos fueran esponjas, justo en ese momento, ahí, tan fugaz, creo que la melancolía es naranja. Cítrica, marina, puesta sobre una herida, arde. Como un solo de Django Reinhardt en una habitación vacía: melancólico y naranja" (Karina Macció)
Tuesday, July 03, 2007
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