Un arquitecto catalán deslumbra con su arte en Buenos Aires

Hoy, a las 19, se inaugura en el Centro Cultural Borges (Viamonte y San Martín ) la muestra "Lluís Domènech I Montaner: Domènech-Gaudí. Patrimonio de la Humanidad”. Se trata de la primera exposición de la obra del gran arquitecto catalán no sólo en Buenos Aires -donde existen importantes exponentes del Art Nouveau- sino también en Latinoamérica.La exhibición traza mediante planos, dibujos, fotografías, distribuídos en ámbitos temáticos, un recorrido por obra del extraordinario arquitecto que dejó su sello personal en el panorama constructivo de su tiempo. La obra de de Domènech i Montaner está considerada como una de las más emblemáticas del panorama modernista catalán y, por extensión, del ámbito internacional del Art Nouveau. Esta exposición quiere presentar la impactante presencia de su pensamiento renovador y progresista, en cuanto al modelo arquitectónico y en cuanto a su programa ornamental, profundamente esteticista. Nacido en Barcelona el 27de Diciembre de 1849, Lluís Domènech i Montaner mostró desde la juventud su pasión por la arquitectura. desde su cátedra de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, ejerció una gran influencia en la difusión del Modernismo.El papel de Domènech i Montaner fue esencial para definir el "Modernismo arquitectónico" en Cataluña. Su artículo "En busca d'una arquitectura nacional", publicado en la revista "La Renaixença", muestra la vía para conseguir una arquitectura que refleje el carácter nacional catalán. Después de obtener el título de arquitecto en 1873, se ocupó de la construcción de varios edificios de estilo ecléctico en el Ensanche barcelonés (edificio de la editorial Montaner y Simón, hoy fundación Tàpies, casa Thomàs), antes de convertirse, a partir de 1900, en uno de los grandes representantes del modernismo en Cataluña. En el café-restaurante El Castell dels Tres Dragons (hoy Museo de Zoología), construido en 1888 en el recinto de la futura Exposición Universal de Barcelona, dio las primeras muestras de su personalísimo estilo, inspirado en las formas del goticismo nórdico, ofreciendo soluciones que se adelantan a su tiempo (estructuras de hierro y mosaicos). Pero hasta bastantes años más tarde (1905) no completó la primera de sus obras maestras, la casa Lleó-Morera del paseo de Gracia de Barcelona. Ese mismo año comenzó su realización más admirada, el Palau de la Música Catalana, donde llevó hasta sus últimas consecuencias la premisa modernista de amalgamar la arquitectura con las artes decorativas. Otra muestra de su genialidad creativa es el Hospital de Sant Pau. Hacia comienzos del siglo XX, creó, en colaboración con Gallissà, un taller de artes aplicadas, en el que se trabajaban el hierro forjado, la cerámica esmaltada, el barro cocido y otros materiales que los modernistas contribuyeron a revalorizar. De este taller salieron algunos de los motivos ornamentales de sus edificios y en él se formaron figuras importantes de las artes industriales de la época. Murió en Barcelona el 27 de diciembre de 1923. Sus obras se caracterizan por una mezcla de racionalismo constructivo y de ornamentacióninspirada en la arquitectura hispano-árabe y por el gusto por el dibujo curvilíneo tan característico del Modernismo. Una interesante característica de sus trabajos es su evolución hacia la ligereza, muy evidente en el Palau de la Música Catalana. En este aspecto, su evolución se opone a la de Gaudí, que va derivando hacia una construcción cada vez más pesada Domènech i Montaner crea un nuevo modelo estructural forma, función y símbolo. Su resultado constituye una de las arquitecturas conceptualmente más racionales y decorativamente más ricas del marco europeo, que aun hoy marca la referencia de máxima actualidad ■