Nacido en Santa Fé y radicado en Londres desde 1973, Ricardo Cinalli expone nuevamente en la Argentina. La última vez fue en el Centro Cultural Recoleta, en 1998. Frescos, murales públicos, colosales figuras que entremezclan el erotismo, la religión, el misterio y las etnias proponen una puesta en escena compleja, que anexa culturas del Oriente y del Occidente en un trabajo que avasalla con las dimensiones y la magnitud. Mitología e historia, también dicen presente en esta muestra. Connotaciones sánscritas parecen codearse con ritos a la Madre Gea en un solo ritual. Imágenes de ángeles absorven la atención en escenas cuidadas, pulcras en expresividad, atentas a las mutaciones de esos seres que Swedemborg describió como ígneos y de una pureza total. Los vemos encerrados, melancólicos, abatidos. Buscando huir del encierro que -de seguro- les produce el contacto con los humanos.
También es llamativa la serie Black People, la etnia que está cambiando la báscula demográfica y social del mundo por medio de la inmigración.
Cinalli muestra una destreza en sus categóricas obras. Recurre a capas de papeles, delicadas libélulas que viajan en la luz de la visión. como técnica de trabajo. Es pureza estética. Es expresión. Exalta lo doloroso como también el placer. Trabajos monumetnales que son cobijados en la muestra Obras 1985-2006, en el Museo Nacional de Bellas Artes. Curó Patricia Rizzo.
(Avda del Libertador 1473) Cierra a fines de junio de 2006.
( Foto de Pablo Jantus).0.jpg)
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La percha de San Fernando
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Premonciones II
El pensador
Quieri e te sera dato 
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