
Siendo Lola una promisoria pintora tucumana, desde muy joven obtuvo una beca que le permitió estudiar en Roma con Francesco Paolo Michetti. Mora descubrió su verdadera vocación y se hizo escultora: fue díscipula de Constantino Barbella y Giulio Monteverde. A partir de allí, comenzó a codearse con él éxito, ganando concursos internacionales, esculpiendo para la nobleza peninsular y luego inaugurando obras en su país, conservando siempre su estilo escultórico neoclásico italiano que aprendió, y del que fue una de las máximas exponentes de principios del siglo XX. Entrada libre y gratuita ■
No comments:
Post a Comment