
Sus fotografías muestran el contraste de dos realidades en un mismo paisaje.
Según el critico de arte Raúl Santana: “El ojo de Marta ha sabido capturar ese clima atemporal sin enjuiciar. Sus fotos son la entrega – casi siempre con magníficos encuadres – del paso del tiempo a través de sus arquitecturas que persisten como mudas cifras desde la colonia. Son también la entrega de algunas imágenes donde se adivina un mágico ritual o la bella y potente presencia de esas figuras humanas con extraordinario gasto de color en sus ropajes, todavía protegidas por sus dioses, tal como se adivina en las tomas callejeras o de mercados donde el bullicio acompaña sus imponderables mercancías”. Cuenta con el ausopiciada por la Embajada de Guatemala, Infinito Artes y la Universidad de Flores. Y permanecerá hasta el 25 de noviembre. En Viamonte y San Martín ■
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