Friday, August 25, 2006
Menos mal que no bebo alcohol...
En septiembre, malba.cine presenta veinte films que contienen sexo, droga y rock’n roll, aunque no es imprescindible que aparezcan juntos en la misma película. Ello permite que en el ciclo convivan personajes de muy diversos hábitos, como por ejemplo como la edulcorada Melody -con las canciones de los Bee Gees- y el crudo testimonio de Christiane F. A saber:
1.Sexo, droga y rock'n roll
Durante todo el mes.
A. Sexo
Acompañando el estreno del documental Porno, ofrecemos algunos hitos de ese género, en exhibiciones rigurosamente prohibidas para menores de 18 años.
El Diablo en la señorita Jones (Devil in Miss Jones, EUA-1973) de Gerard Damiano, c/Georgina Spelvin, Harry Reems, Judith Hamilton, Gerard Damiano. 68’.
Una mujer se suicida y eso la condena al infierno, pero un mediador del más allá se apiada de ella al saberla virgen: “Si hay que ir al Infierno, que sea por un buen motivo”. A lo largo de una hora, Spelvin acumula méritos suficientes para merecer la condenación eterna, hasta llegar a un final que algunos críticos han comparado (seriamente) con Huis Clos de Sartre. Se la considera un hito del género y fue realizada por el mismo responsable de Garganta profunda.
Calígula (EUA, 1980) de Tinto Brass, c/Malcolm McDowell, Peter O’Toole, Teresa Ann Savoy, Helen Mirren, John Gielgud. 156’.
Un imperio en decadencia aparece sintetizado en la locura de Calígula, y aunque esa alegoría está presente en el film, es evidente que para los realizadores el estado mental del emperador era mucho más importante como excusa para poner en escena toda clase de vicios, desde orgías con sexo explícito hasta una curiosa máquina para decapitar. Es considerado el primer film pornográfico que tuvo un elenco respetable, el costo de una superproducción y una distribución mainstream, aunque en Argentina hubo que esperar algunos años, hasta que la censura fuera abolida, para poder verlo.
Exhibition (Francia, 1975) de Jean-François Davy, c/Claudine Beccarie, Benoit Archenoil, Noelle Louvet, Beatrice Harnois. 85’.
Con alguna influencia del cinéma-verite, este film se propone como un retrato documental de la actriz porno Claudine Beccarie y, por extensión, de la industria del cine pornográfico europeo de los ’70. Fue uno de los primeros documentales sobre el tema (si no el primero) y en tal carácter tuvo el raro privilegio de ser programado en el New York Film Festival en 1975, pese a sus muchas escenas de sexo explícito. En Argentina tuvo un oscuro estreno en salas tras la abolición de la censura en 1984.
Los que ofenden al sexo (Sittlichkeitsverbrecher, Suiza-1963) de Franz Schnyder, c/Freddy Karsten, Peter Arens, Barnara Bietenholz, Eva Gaugler. 100’.
Parte falso documental y parte supuesta reconstrucción “basada en hechos reales”, el film es uno de los productos exploitation más descarados (y menos vistos) de su tiempo. Su publicidad es elocuente: “¡Verá a los MIRONES, que buscan emociones fáciles! ¡Verá a los VICIOSOS, que desafían la manera normal de vivir! ¡Verán a las AMORALES, muchachas sometidas a deseos diabólicos! ¡Verá a los RAROS, que nacieron diferentes pero viven una vida propia con los suyos! ¡Verá a los SÁDICOS, para quienes el ansia de emociones es más fuerte que la vida misma!”
Pink Flamingos (EUA, 1972) de John Waters, c/Divine, Mink Stole, 106’.
Divine y Mink Stole compiten para merecer el puesto de “La Más Repugnante Persona Viva”. El resultado de ese esfuerzo fue un hito del underground norteamericano que en su reciente reestreno mereció la calificación Sólo para mayores de 17 años, a causa de “un amplio espectro de perversiones mostradas con detalles explícitos” (sic). Ese espectro es realmente amplio e incluye sexo con sacrificio de gallinas, venta de niños, ejercicios anales y degustación de excrementos. Sin embargo, se trata de una comedia.
Historia de O (Histoire d’O, Francia / Alemania-1975) de Just Jaeckin, con Corinne Clery. 105’.
Se basa con fidelidad en una célebre novela de Dominique Aury (firmada con el seudónimo Pauline Réage) y resultó un film lo suficientemente inquietante como para permanecer totalmente prohibido en Inglaterra hasta 1999. Parte de su delirante imaginería erótica reaparece, curiosamente, en la secuencia de la orgía aristocrática que filmó Kubrick para Ojos bien cerrados. El francés Just Jaeckin inventó, a partir de Emmanuelle (1974), todos los lugares comunes del softcore de los ’70. Su estética de hotel-alojamiento quedó fijada en el tiempo pero conserva cierta gracia, en parte por algunas audacias ciertas y en parte por una evidente voluntad de no tomarse del todo en serio.
Las vírgenes guerreras (Gwendoline, Francia-1984) de Just Jaeckin, con Tawny Kitaen. 105’.
Es, hasta ahora, el último film de Jaeckin y también el más divertido, por su arbitraria combinación de sexo y aventuras. La base la proporcionó una historieta inglesa de John Willie, publicada durante los ’50 y protagonizada por una bella muchacha con gran predisposición para perder la ropa. Jaeckin respeta el original, pero además logra algunas escenas genuinamente eróticas reemplazando imágenes por palabras.
Porno mudo + música en vivo
Antes de los 60, antes de la industria del porno, el sexo explicito circulaba en el cine en forma de cortometrajes clandestinos, siempre mudos y en blanco y negro, conocidos como stag-movies. La palabra stag designaba a las reuniones exclusivamente masculinas donde estos films se exhibían.
En las stag-movies no hay bellezas neumáticas, artefactos sofisticados ni proezas sobrehumanas. Sus intérpretes tienen aspecto de gente común y representan con entusiasmo fantasías cotidianas, ausentes de la representación convencional. Los elementos narrativos pensados para que el espectador se identifique están dispuestos en estos films con el mismo rigor que en el cine clásico, con la ventaja de que el porno, libre de toda restricción, puede apelar a situaciones ausentes del cine comercial normal.
La muestra consiste en una selección de seis cortometrajes, con un total de 65 minutos de duración. El evento contará con acompañamiento de música compuesta e interpretada en vivo por la National Film Chamber Orchestra, coordinada por Fernando Kabusacki.
B. Droga
Tres aproximaciones muy distintas –pero igualmente sensacionalistas- sobre el tema de las sustancias adictivas.
Marihuana (Ídem., EUA-1936) de Dwain Esper, c/Harley Wood, Hugh McArthur, Pat Carlyle, Paul Ellis. 58’.
El porro es un camino de ida. El primero te lo regalan y con el segundo se termina desnudo en la casa de unos facinerosos, víctima de una sobredosis de heroína o vendiendo drogas duras a jóvenes incautos. Para demostrar que en todas partes hay un argentino, nótese que uno de los dos mafiosos protagonistas es el porteño Paul Ellis, que trabajaba en Hollywood desde fines de la década del 20. El productor, director y distribuidor Dwain Esper fue un pionero del cine exploitation y entre sus méritos se cuenta el haber salvado Freaks de Tod Browning, que compró a la productora MGM cuando ésta no quería saber nada con ese film maldito. En sus últimos años se destacó por realizar imaginativas películas de montaje antes de que se legitimara el uso del “found footage” y así inauguró el género Mondo reciclando material documental filmado en el África (La maldición Ubangi) o en la Alemania nazi (el documental paranoico ¿Sucederá de nuevo?).
Fumadores de opio (Confessions of an Opium Eater, EUA-1962) de Albert Zugsmith, c/Vincent Price, Linda Ho, Richard Loo, June Kim. 85’. Doblada al castellano.
Este film rarísimo ha sido definido, adecuadamente, como una cruza entre los seriales de aventuras de los ’30 y las películas lisérgicas de los ’60. Está ligeramente basado en un libro célebre de Thomas de Quincey y en su homenaje el protagonista que interpreta Vincnt Price lleva ese apellido. Sin embargo, la mayor parte de la imaginería más o menos simbólica del film y sus abundantes reflexiones filosóficas fueron responsabilidad del productor-director Albert Zugsmith, personaje pintoresco capaz de producir obras maestras como Escrito en el viento (Sirk) o Sombras del mal (Welles) y también films exploitation como Fanny Hill (Russ Meyer).
Yo, Christiane F., drogada y prostituida (Christiane F., Alemania-1981) de Uli Edel, c/Nadja Brunkorst, Thomas Haustein, Jens Kuphal, Reiner Volk, David Bowie. 124’.
Tras administrarse una tremenda dosis de heroína en un automóvil, la adolescente protagonista de este film se desvanece y el realizador tiene la gentileza de fundir a negro. Ese es el único momento elíptico que se permite este film descarnado, basado en hechos reales, sobre un grupo de adolescentes que se prostituyen en las cercanías de la Banhof de Berlín para sostener su adicción a las drogas duras. Pese a su título sensacionalista, el film llega más lejos que las experiencias de Dwain Esper gracias a una puesta en escena sin concesiones y a un par de pertinentes citas cinéfilas (a La noche de los muertos vivientes y a Nosferatu), a través de las cuales el director indica el peso de una brecha generacional que es parte sustancial del problema.
El ansia perversa (A Hatful of Rain, EUA-1957) de Fred Zinnemann, c/Eve Marie Saint, Don Murray, Tony Franciosa, Lloyd Nolan, Michael Ansara. 109’.
Fue la primera aproximación de un estudio major de Hollywood (Fox) al tema de la drogadicción y aunque es probable que la obra original de Michael V. Gazzo sufriera alguna modificación en la adaptación, el resultado fue de todas formas poderoso. Un ex soldado, que ha adquirido su adicción tras ser tratado con morfina en el frente, logra llevar una doble vida gracias a la ayuda económica de su hermano. Ni su esposa ni su padre saben la verdad de su condición, aunque ésta comienza a volverse insostenible. Zinnemann utiliza de manera atípica la pantalla ancha para narrar esta historia básicamente intimista, y obtiene excelentes trabajos de todo su elenco. Las escenas en que el protagonista es presionado por su dealer son especialmente fuertes y ayudan a que el film, en comparación con otros del mismo período, no parezca haber envejecido demasiado.
Ellos contra el mundo (The Glory Stompers, EUA-1967) de Anthony Lanza, c/Dennis Hopper, Jody McCrea, Chris Noel, Jock Mahoney. 85’.
En la época en que los Hell’s Angels estaban a cargo de la seguridad en los conciertos de los Rolling Stones, se hicieron varios films sobre motoqueros desquiciados y su entorno, lleno de sexo, droga y rock’n’roll. Ellos contra el mundo describe el enfrentamiento entre dos bandas rivales, los Glory Stompers y los Black Souls. Dos años antes de realizar el hito contracultural Busco mi destino, Dennis Hopper interpreta aquí al líder de los Black Souls, un villano de temer que lleva insignias nazis y se entrega a toda clase de impulsos primitivos, como el de secuestrar a la novia del jefe de los Glory Stompers.
Rebelión en las calles (Riot on Sunset Strip, EUA-1967) de Arthur Dreifuss, c/Aldo Ray, Mimsy Farmer, Michael Evans, Laurie Mock, Tim Rooney. 87’.
La hija de un policía sigue el camino de la perdición en compañía de una banda de jóvenes alcohólicos y drogadictos. Realizado y estrenado poco después de una serie de tumultos juveniles en Los Angeles, este fue uno de los varios films que produjo la empresa AIP para explotar la atención generada por la contracultura. Por detrás de un débil mensaje moralista sobreviven varios momentos antológicos, como la aparición de las bandas de culto The Standells y The Chocolate Watchband, y la curiosa danza de una muchacha tras tomar LSD sin saberlo.
C. Rock’n roll
Varios clásicos y algunas rarezas en un recorrido que se inicia en The Beatles y termina en Sonic Youth.
Anochecer de un día agitado (A Hard Day’s Night, Gran Bretaña-1964) de Richard Lester, c/John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr, Wilfrid Bramwell, Norman Rossiter, Victor Spinetti. 87’.
El lado más alegre del Swinging London surgió aquí en toda su plenitud y Lester demostró que hacer algo original con una banda de rock & roll era posible. Imágenes de apariencia documental se combinan con otras decididamente experimentales que anticipan el concepto de los modernos videoclips. El film fue además un óptimo vehículo para el sentido del humor de los Beatles, a quienes la crítica comparó entonces con el de los Hermanos Marx. Aunque parezca difícil de creer, en Argentina se estrenó con el título Yeah, yeah, yeah.
Gira mágica y misteriosa (Magical Mystery Tour, Gran Bretaña-1967) de The Beatles, c/John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr, Jan Carson, Jessie Robins, Victor Spinetti. 55’.
Ideado y realizado en forma independiente por los Beatles para ser emitido por la TV, este film fue visto en su momento como un fracaso incomprensible. Los años transcurridos le han dado un valor documental imprevisto, ya que muestra al grupo con una honestidad que sus films previos no se habían permitido. También se ha vuelto más evidente su carácter de obra experimental y pionera de la psicodelia, más próxima al cine de Andy Warhol que al de Richard Lester.
Stones en el parque (Stones in the Park, Gran Bretaña-1969) de Leslie Woodhead, c/Mick Jagger, Keith Richards, Mick Taylor, Charlie Watts, Bill Wyman. 53’.
Registro del concierto que los Stones ofrecieron gratis en el Hyde Park de Londres, el 5 de julio de 1969, dos días después de la muerte de Brian Jones. Además de la música, es memorable la explicación que ofrece Jagger sobre la conveniencia económica de realizar recitales de este tipo.
Submarino amarillo (Yellow Submarine, Gran Bretaña-1968) de George Dunning. 85’. Largometraje de dibujos animados.
Los Beatles parten al rescate de Pepperland, lejana tierra arrasada por la invasión antimusical de los perversos Blue Meanies. Inspirado en música y letras del cuarteto de Liverpool, el film contó con diseños originales de Heinz Edelmann, de enorme influencia posterior en la gráfica y la publicidad.
Melody (Ídem., Gran Bretaña-1971) de Waris Hussein, c/Tracy Hyde, Mark Lester, Jack Wilde, Roy Kinnear. 107’.
Dos niños se enamoran por primera vez, pese a las diferencias de clase, a la disciplina represiva del colegio y a las convenciones sociales. El film, escrito por Alan Parker, tiene una legendaria banda sonora con temas de los Bee Gees, Richard Hewson y Crosby, Still, Nash & Young.
The Rocky Horror Picture Show (Inglaterra, 1975) de Jim Sharman, c/Tim Curry, Susan Sarandon, Barry Bostwick, Richard O’Brien, Jonathan Adams. 100’.
La obra musical de Richard O’Brien, potenciada en el film, tomaba reconocibles lugares comunes del cine de terror para hacer saltar por los aires los arquetípicos de género. Buena parte del éxito de la obra y del film se debieron a la actuación antológica de Tim Curry como el científico bisexual Frank-N-Furter. El tiempo y el público lo transformaron, espontáneamente, en el film de culto más importante de la historia del cine. En Argentina quedó prohibida por la censura y se estrenó sin éxito a fines de los ’80 con el título Orgía de horror y locura.
Los chicos están bien (The Kids Are Alright, EUA-1979) de Jeff Stein, c/The Who. 108’.
Sumando material de archivo con entrevistas, backstage y conciertos contemporáneos, el realizador Jeff Stein compuso uno de los mejores y más entretenidos documentales jamás realizados sobre una banda de rock. El film supuso además un involuntario homenaje al baterista Keith Moon, que murió de una sobredosis poco antes del estreno.
Quadrophenia (Ídem., Gran Bretaña-1979) de Franc Roddam, c/Phil Daniels, Mark Wingett, Philip Davis, Leslie Ash, Sting. 115’.
Corre 1964: mods y rockers, grupos opuestos de adolescentes enardecidos, perturban con su entusiasta violencia las tranquilas costas de la ciudad de Brighton, Inglaterra. En ese contexto, con ayuda de su motocicleta y diversos tipos de pastillas, el joven Jimmy (Phil Daniels) enfrenta a sus padres, trabaja lo mínimo posible y procura acercarse a una muchacha que no le corresponde. A diferencia de Tommy (Ken Russell, 1975), basada también en un disco de The Who, Quadrophenia incorpora las canciones al argumento sin perder de vista el hilo narrativo, que aspira a evocar, a través de la suma de detalles y costumbres, el estado de ánimo de la juventud inglesa que, por extracción social, se quedó afuera del elegante swinging London.
The Blues Brothers (EUA-1880) de John Landis, c/ John Belushi, Dan Aykroyd, James Brown, Cab Calloway, Ray Charles. 133´.
Los hermanos Jake y Elwood procuran volver a reunir su banda para recaudar un dinero necesario para salvar el asilo en que se criaron. Una interminable sucesión de destrozos a gran
escala se alterna con memorables números musicales interpretados por artistas como Aretha Franklin, Ray Charles, John Lee Hooker, Cab Calloway y James Brown en este clásico de culto, tristemente estrenado en Argentina con el título Los hermanos Caradura.
La ley de la calle (Rumble Fish, EUA-1983) de Francis Ford Coppola, c/Mickey Rourke, Diane Lane, Matt Dillon, Dennis Hopper, Diana Scarwid. 94’.
Pese a encontrarse en el punto más comprometido de toda su carrera, Coppola supo realizar, a partir de un libro de Susan Hinton, una de las pocas películas de los ’80 que puede considerarse ya un clásico. Derrochando carisma como nunca antes o después en su carrera, Mickey Rourke encarnó al simbólico objeto del deseo de toda una generación.
U2: Rattle and Hum (EUA, 1988) de Phil Joanou, c/Bono, The Edge, Adam Clayton, Larry Muller, Jr., B. B. King, Phil Joanou. 99’.
Documental realizado durante el tour homónimo de U2 por Estados Unidos, a fin de 1987. La banda se encontraba en lo que muchos consideran su mejor momento, tras grabar el disco Joshua Tree.
1991: The Year that Punk Broke (EUA-1991) de Dave Markey, c/Mark Arm, Kat Bjelland, Kurt Cobain, Don Fleming, Kim Gordon, Thurston Moore. 99’.
Invitado a una gira por Europa de Sonic Youth, Markey filmó durante diez días los diferentes shows y el backstage con una cámara de súper 8mm. Su amistad con el cantante Thurston Moore –que aquí oficia de maestro de ceremonias- le permitió moverse en un clima relajado. El grupo suena como una topadora en su primera gira importante y es obvio que los músicos eligieron tomar con sarcasmo la atención desmedida que reciben en cada lugar. Lo mismo ocurre con sus teloneros Nirvana, que parecen una banda enérgica y feliz, lejos del aire trágico con que hoy se la recuerda. Lejos de MTV y cerca del espíritu festivo de una home movie, este film es el testimonio definitivo del movimiento grunge. Texto de Fernando Chiappussi.
Destacado
malba.cortos
Entrada libre y gratuita.
De jueves a domingos a las 18:00 Consultar grilla de programación
El misterio del pescado saltarín (The Mystery of the Leaping Fish, EUA, 1916), de Christy Cabanne y John Emerson
2. Estreno internacional I
La pesadilla de Darwin (Austria–Bélgica-Francia-Canadá-Finlandia-Suecia, 2004), de Hubert Sauper
Viernes a las 22:00 y domingos a las 21:30.
3. Continúa - Estreno internacional II
Mondovino (Francia–EUA-Argentina, 2004), de Jonathan Nossiter
Jueves a las 22:00.
4. Trasnoche – Estreno nacional
Porno (Argentina, 2004), de Homero Ciccari
Sábados a las 24:00.
5. Continúa - Film del mes XXII
Samoa (Argentina, 2005), de Ernesto Baca
Sábados a las 22:30 y domingos a las 20:00.
6. Continúa
Pacto de silencio (Argentina, 2005), de Carlos Echeverría
Sábados a las 19:30.
7. Continúa
Río arriba (Argentina, 2004), de Ulises de la Orden
Sábados y domingos a las 18:30.
8. Continúa
Mi reino por un platillo volador (Argentina, 2005), de Tetsuo Lumière
Viernes 8, 15 y 29 a las 20:00.
9. La cosa y Cinecolor presentan
¡Bichos!
Jueves 14 y 21 a las 20:00. Viernes 15 y 22 a las 24:00.
10. Ciclo Petrobras
Tan de repente (Argentina, 2002), de Diego Lerman
Viernes 22 a las 20:00. Entrada libre y gratuita
11. Espacio ADF – Directores de Fotografía argentinos
Racconto (Argentina, 1963), de Ricardo Becher
Domingo 24 a las 16:00.
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