Thursday, May 31, 2007

Reeditan parte de la obra de Juan Carlos Onetti

En hora buena Punto de lectura (Grupo Santillana) reedita tres novelas del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti (1909-1994). Son El pozo/Los adioses y La vida breve. En formato pocket-books estas obras fundamentales de la pluma onettiana ya está en las librerías.


El pozo/Los adioses
(128 págs. $19)

En El pozo (1939) el protagonista es Eladio Linacero, uno de los clásicos antihérores de la narrativa del escritor rioplatense. A sus cuarenta años, decide volcar al papel su vida. "Hace un rato me estaba paseando por el cuarto y se me ocurrió de golpe que lo veía por primera vez. Hay dos catres, sillas despatarradas y sin asiento, diarios tostados de sol, viejos de meses, clavados en la ventana en lugar de los vidrios", dialoga Linacero con el lector. Y en esas palabras surgen el dolor entre la realidad y la ficción, cuando el protagonista, descubre qué lugar ocupa en el mundo ■

En Los adioses, escrita en 1954, un hombre llega a una ciudad de las sierras, donde hacen su cura los tuberculosos. Pasiva pero firmemente se niega a asimilarse a esa vida de sanatorio, de alentada esperanza, que contamina toda la ciudad. Es taciturno, no acepta. Vive sólo para las dos cartas (el sobre manuscrito, el dactilografiado en la máquina de tipos gastados) que llegan regularmente y que son la vía por la que continúa comunicado con el mundo exterior. Definida como novela corta o cuento largo, Los adioses es una extracción de la más amarga belleza ■

La vida breve
(424 págs. $24)

Publicada en 1950, está considerada como una novela fundamental en la bibliografía de Onetti. Es en estas páginas donde inaugura el ciclo de Santa María -ciudad mítica como el imaginario condado de Yoknapatawpha, en la novela Santuario, de su admirado William Faulkner- que será escenario de otras dos obras: El astillero y Juntacadáveres.
La vida breve es un fluir de las obsesiones de Onetti. Ausencia y presencia de la identidad, el rol del destino en la vida diaria, la divagación por los mundos oníricos otorgan a esta novela una carga de intensidad que no obliga a desprenderse de su lectura ■

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